sábado, 22 de agosto de 2009

Desenlace de un cuento sin final feliz

Ella que había permanecido en suntuoso silencio me miró; y por sus ojos bajó desbordado un huracán de agua y viento, que hubiera arrancado cualquier árbol de cuajo si se le hubiera cruzado por delante. Sonrió entristecida, como si amase a alguien y a pesar de eso estaba pronta a abandonarlo. Lo comprendí con resignación y aplomo.
Se levantó, me dio un beso (de esos que nunca se olvidan); y se fue corriendo a la calle.
Me quedé mirándola por la ventana, que justo daba al otro lado de la avenida, hasta que se perdió entre la multitud que esperaba en la senda peatonal la señal del semáforo para cruzar la calle.
Supe que lloraba cuando se fue, por que en mis labios quedaba aun el vestigio de la sal de unas lágrimas plateadas. De esas lágrimas de entereza que como los chaparrones de invierno golpean fuerte y en el centro del dolor de cualquier ser humano que es capaz de enamorarse y perderlo todo.

Algunos minutos después, abatido y aturdido, salí yo también del bar. El frio se hacia sentir en mis sienes cansadas, se colaba por los orificios de las botamangas de mi pantalón de gabardina, de mi pantalón de oficina cansado de caminar.
No andaba mucha gente en la calle. Era viernes y casi las 10 de la noche.
Bajé las escaleras del subterráneo como quién baja al infierno, tomándome del pasamano por si en un descuido tropezaba y me partía la frente en dos. ¿Qué dolor podría haberme provocado el golpe? Ninguno mayor al que ya acusaba mi pecho.
Tomé el subte y mientras viajaba mis 15 minutos hasta casa, cubríme el rostro con las manos y olvidado del entorno para el cual no existí nunca (ni quería existir ahora), lloré como un chiquillo sin su paleta de caramelo.

3 comentarios:

  1. para mí que los cuentos de amor nunca tienen final feliz. justamente por eso que decís, porque uno pierde todo y en ese tren, pierde justamente la mejor inspiración del amor. saludos!

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  2. porqué no pudo ser ese amor?
    los amores que matan nunca mueren.
    un beso

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  3. Y si Marina, se pierde la inspiración... o será que la inspiración es mas propicia a los estados de soledad y nostalgia?? No lo se, creo que es “un poquito de esto y otro poquito de aquello"

    Nadasepierde, con Sabina a todos lados eh, Amores que matan nunca mueren, aunque pueden ser asesinados (suena lúgubre, no? Pero hay veces en que es así nomas, y a bancarse luego el sacudón pos mortem)…

    Mil gracias a las dos por pasar. ¡Besos!

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