sábado, 18 de julio de 2009

La caravana

Una caravana de almas desfilaba en las orillas de un acantilado. Todas marchaban presurosas, como arrancadas a una labor innecesaria.
De pronto una de ellas observó sus botas, su cuerpo, su aliento y sus brazos, palpóse con su tacto recién nacido. Abrió al viento su pecho, sintióse viva y hechóse a volar sobre los abismos borrascosos que la rodeaban.

Las demás, al ver aquella ardiente perspectiva de un alma en vuelo, arrojaronse todas al vacío.
Hoy, y como una de las tantas atracciones del lugar, se dejan ver sus manchas escarlatas en el fondo pedregoso de aquel barranco.
Como es de esperarse en casos como estos ninguna de las demás sobrevivió.

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